Hizo todo lo posible por cuidar su coche: lo dejó retirado de los estacionamientos públicos para evitar los tradicionales "portazos", pero resulta que su coche tiene una abolladura.
Lo mejor que puede hacer tras un desafortunado accidente es llamar a su compañía de seguros y dejar que ellos se encarguen de transportar su coche a un centro o taller autorizado para que lo reparen.
Si los daños son moderados, puede llevar el coche a un taller de confianza donde lo dejarán lo más nuevo posible, aunque no sea exactamente como lo sacó del concesionario.
Sin embargo, para asegurarse de que el trabajo se ha realizado correctamente en ambas situaciones, debe tener en cuenta algunos factores cruciales.
Color
Las piezas reparadas deben pintarse del mismo color que el resto del automóvil. La pintura suele empezar con un aspecto un poco plano, pero después de pulir el vehículo, el color suele asentarse bien.
Tiempo
Muchas de las características de un trabajo de pintura mal realizado pueden hacerse evidentes después de que el sol u otros factores ambientales hayan dañado su automóvil durante unos días.
Briseado
Existen casos en los que los coches cercanos quedan "brisados" con la pistola de pintura cuando se arregla un coche en un taller sin una cabina específica. Examine su coche a fondo, prestando especial atención a los cristales.
Imperfecciones
Compruebe si los componentes que se han reconstruido están lisos o rugosos. Si algo parece inusual, puede ser una pista de que algo no estaba bien sujeto o de que se utilizó pasta u otro material pero se colocó de forma incorrecta.
Compruebe que todo esté en su sitio
Asegúrese de que todas las puertas y el maletero estén en su sitio después de arreglar la avería.
Además, asegúrese de que todo cierre bien. No debería haber puertas vencidas ni juntas rotas o faltantes.